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Faro de Bugio

Un faro con mucha historia

El Fuerte de São Lourenço do Bugio se encuentra en medio de las aguas de la desembocadura del río Tajo. Incluye el Faro de Bugio en su estructura.

Faro de Bugio a lo lejos, en medio del mar
 

El faro de Bugio es un monumento histórico y cultural situado en Lisboa. Este faro tiene una larga historia y es conocido por su arquitectura distintiva y ubicación privilegiada en medio de las aguas en la desembocadura del río Tajo.

El lugar donde se levanta es un arenal formado por el aterramiento de la desembocadura del río, fruto de la confluencia de sus aguas con las del Océano Atlántico, al ritmo de las mareas.

La toponimia aullador se puede atribuir, entre otras versiones, al francés bougie (vela), por la similitud de su estructura circular y la primitiva torre rematada por un faro, con una vela encendida en su candelabro.

La estructura de la fortificación se compone de:

  • El muro exterior (de base circular, 62 metros de diámetro y 6 metros de altura) está dividido por una puerta arqueada;
  • Muro interior (de forma circular, 33 metros de diámetro y 7 metros de altura);
  • La torre central (de forma circular, 3 metros de diámetro y 16 metros de altura) tiene una puerta arqueada. En lo alto de la torre se encuentra el faro moderno;
  • Casa de mando, cuartel, armería, almacenes, aljibe y capilla.

Cómo todo empezo

La idea de una fortificación de la barra del río Tajo, para proteger el acceso marítimo a la ciudad de Lisboa, fue propuesta por primera vez durante el reinado del rey Sebastião (1568-78) por el arquitecto Francisco de Holanda. El soberano aceptó esta sugerencia y, en 1578, encargó a Manuel de Almada la construcción de esta estructura, con la función estratégica de cruzar fuegos con el Fuerte de S. Julião da Barra (entonces conocido como Torre de S. Gião), que también formaba parte del dispositivo defensivo de la ciudad.

Y evolucionó

Con la crisis sucesoria que se produjo tras la muerte del rey en la batalla de Alcácer-Quibir, y ante la posibilidad de una invasión de Portugal por las tropas de D. Felipe II de España, se decidió construir una pequeña estructura, levantada sobre pilotes de madera que, rellenos de piedras, sirvieron de cimiento a una plataforma con piezas de artillería.

Ahora bajo dominio español

En 1580, tras rendirse a la flota española, fue posteriormente desarmado. La fragilidad de los materiales empleados, sumado a la inestabilidad del banco de arena y la acción de las corrientes y mareas, comprometieron irremediablemente esta estructura en poco tiempo. Ya en 1586, en tiempos de la dinastía filipina, el rey D. Felipe I encargó un estudio para mejorar el sistema defensivo de la barra de Lisboa, amenazada por corsarios ingleses y holandeses. Cuatro años más tarde, se presentaron al soberano dos proyectos de fortificación, optando el rey Felipe I por la planta que tenía forma circular. Era una fortificación más sólida ante la dinámica de las aguas y que permitía un mejor posicionamiento de la artillería.

Faro de Bugio, en medio del Atlántico

La colocación de las piedras que servirían como cimientos submarinos se completó en 1593. Para preparar los bloques de piedra utilizados en los cimientos y muros, se construyó un sitio de movimiento de tierras cerca de São Julião da Barra. A partir de 1598, el ingeniero militar y arquitecto italiano Leonardo Torriania se hizo cargo del proyecto. Fue entonces cuando el proyecto entró en una nueva fase, dados los cambios que Torriani introdujo en él, ampliándolo.

Hasta que volvió a manos portuguesas

En la Restauración de la Independencia el 1 de diciembre de 1640, aún estaba en construcción pero ya guarnecida y equipada con artillería. Asumiendo el trono como D. João IV (1640-1656), este soberano dispuso que las obras estuvieran concluidas y que un ingeniero portugués se hiciera cargo de las obras (1643). Comenzó así una nueva etapa constructiva, bajo la supervisión del Conde de Cantanhede, habiéndose concluido en 1657.

O relatório de inspeção efetuada ao farol em 1751, mostra que este funcionava com azeite e que se encontrava em razoáveis condições. Esta estrutura, destruída pelo terramoto de 1755, foi reedificada como um dos seis faróis erguidos na costa portuguesa para auxílio à navegação, conforme determinação do Marquês de Pombal em 1758. O novo farol entrou em funcionamento em 1775.

En el siglo XX y XXI

Faro de Bugio, vista cercana desde un barco

El Faro de Bugio ha sido restaurado varias veces a lo largo de los siglos, incluida una restauración completa en la década de 1980, cuando su linterna fue reemplazada por una versión más moderna. Su mantenimiento es permanente, tanto que, aún hoy, se utiliza como faro de apoyo a la navegación.

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